Día mundial contra el Trabajo Infantil

El trabajo infantil no es más ni menos que la NEGACIÓN DE SER NIÑO.
El trabajo Infantil es toda actividad económica y/o estrategia de supervivencia, realizada por niños y niñas por debajo de la edad admitida para el empleo o trabajo.
La ley 26.390 prohíbe el trabajo infantil y establece 16 años como edad mínima de admisión al empleo. El Estado Argentino, como parte de la Convención sobre Derechos del Niño, se compromete a proteger al niño contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo peligroso o que entorpezca su educación, o sea nocivo para su salud o su desarrollo físico, moral, espiritual o social.
Los números referidos a niños que trabajan son enormes, son gigantescos. Detrás de cada número hay un rostro, hay un menor, hay un ser humano al cual se le quita el derecho a su dignidad, interfiriendo en la posibilidad de ir a la escuela, privándolo del  juego recreativo, la práctica de deportes, el esparcimiento, la sociabilidad con pares, poniendo todo ello en riesgo su salud y desarrollo.
Niños y niñas que deberían estar disfrutando de su infancia, riendo, interactuando, están siendo sometidos a situaciones de esclavitud, separados de sus familias en muchos casos, expuestos a peligros y enfermedades.
Esto es funcional, entre otras cosas, a la reproducción de pobreza. A ese niño que trabaja hoy, no solo no está siendo niño sino que se le está negando también la posibilidad de un futuro digno.
Se reconoce al Trabajo Infantil, como una herramienta en aquellas familias que sufren precarización laboral, desempleo y pobreza, siendo el ingreso de los niños en el mercado laboral un componente fundamental para la subsistencia de las mismas; en tanto en otras se asocia a elementos culturales.  Una familia con sus derechos a trabajar decentemente, a una vivienda digna, a la seguridad alimentaria, al acceso a la salud y educación sistemáticamente negados verá puestos a sus niños en estado de vulnerabilidad, en estado de explotación.
Para erradicarlo se requiere considerar múltiples estrategias relacionadas a los distintos aspectos,  pero sin duda alguna la herramienta más importante es la educación.
Cada niño importa. Y nosotros como estudiantes, como ciudadanos, debemos exigir que el Estado se comprometa con dicha meta, con este gran anhelo social. Son urgentes las políticas de protección social. Debemos generar visibilidad y conciencia sobre la problemática y desarrollar acciones para la erradicación y prevención del trabajo infantil, asumiendo responsabilidades.
Hoy mas que nunca, tenemos que ser conscientes de este problema, BASTA DE TRABAJO INFANTIL!

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