FÚTBOL: LA ALEGRÍA DE LOS PUEBLOS SUDAMERICANOS

Por | Juan Segundo Galiani 

Tuvieron que pasar 28 años para que nuestra selección de fútbol masculino vuelva a consagrarse campeona en el plano internacional. La última vez que el combinado nacional se hacía con el título, había sido bajo las órdenes de Alfio “El coco” Basile en el certamen disputado en Ecuador el año 1993. El mismo año, en nuestro país, el presidente Menem anunciaba la privatización YPF, comenzaban las relaciones carnales con el FMI, Miguel Bru era desaparecido por la policía bonaerense visto por última vez en la comisaría 9na de esta ciudad y, entre pizzas y champagnes para pocos, el neoliberalismo se hace dueño de la escena política nacional y mundial aumentando los niveles de desigualdad y la concentración de capitales en cada vez menos manos.


En un 2021 marcado por la pandemia y ante un contexto social político y económico desfavorable para la enorme mayoría de compatriotas, la obtención de un título por parte de la selección mayor es una alegría popular a celebrar para levantar nuestra moral como pueblo.

El fútbol como deporte es parte de nuestra identidad nacional, de nuestra cultura y también de nuestro arte. Al igual que el tango este noble deporte nace desde los suburbios y alegra hace más de un siglo a ricos y pobres de nuestro suelo.


Cuando el fútbol dejó de ser de las clases ricas de paladar fino inglés, llegó al río de la plata y nacieron los primeros clubes populares, organizados en los talleres de los ferrocarriles y en los astilleros de los puertos y con ello los potreros, las gambetas y los quiebres de cintura que representan nuestro juego y que nos dieron al mejor jugador de la historia del fútbol mundial, “el más humano de todos los dioses” como sentenció alguna vez Eduardo Galeano sobre nuestro amado Diego Armando Maradona.


Simultáneamente, en Brasil el fútbol se tropicabilizaba, pasaba de ser privilegio de unos pocos y se hacía el deporte más popular. Ondulaciones de cuerpo, vuelos de piernas que venian de la capoeira, danza guerrera de los esclavos negros y baile alegre de los arrabales de las grandes ciudades brasileras son la caracteristicas de juego de este pais como se pudo ver en la final disputada el dia de ayer.


Después de mucho tiempo, todo el país en un solo grito pudo disfrutar de ver a un hijo pródigo de nuestra tierra como Lionel Andres Messi consagrarse campeón, saldando una deuda histórica que es la obtención de un título después de 28 años y 5 finales perdidas.


Si bien el fútbol como deporte también fue utilizado por sectores de derecha, fascistas y dictadores para tapar las realidades imperantes en distintos momentos históricos es parte de la cultura colectiva global.

En estos tiempos de alegría popular generada por este deporte hacemos nuestras una gran definición de Eduardo Galeano:
“Poseída por el fútbol, la plebe piensa con los pies, que es lo suyo, y en ese goce subalterno se realiza. El instinto animal se impone a la razón humana, la ignorancia aplasta a la Cultura, y así la chusma tiene lo que quiere.”

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